0 o 1, encendido o apagado, con cebolla o sin cebolla, Classic o Gutenberg, cada decisión que tomamos, cada factor que inclina la balanza hacia un lado en cada una de las disyuntivas que nos encontramos en la vida, divide nuestro universo en dos, el que es y el que podría haber sido.
De todos los venues que podríamos haber elegido, el Global Omnium auditorio tiene algo que supuso un flechazo a primera vista: 256 butacas.
Si ocho bits son un byte y puede definir 256 valores distintos, ocho personas son un personyte y nuestros 256 asistentes van a representar un total de 256/8 = 32 personytes.
Una simple decisión, como «¿De qué equipo eres? Classic o Gutenberg» tomada por cada uno esos 32 pesonytes, supone la potencial creación de 1.15 * 10^77 realidades posibles, casi tantas como átomos hay en el universo. Si analizamos las respuestas a esa pregunta, obtendremos un resultado que representa nuestra realidad única e irrepetible.
Hemos representado de forma binaria la respuesta de los primeros 16 personytes que han comprado su entrada, las hemos convertido a ASCII y hemos podido leer con toda claridad el principio del mensaje que este universo tiene para nosotros:
00110001 01110001 01110010 00101110 01100101 01110011 00101111 01110000 01100101 01110010 01110011 01101111 01101110 01111001 01110100 01100101
¡RECUERDA!
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