Sus comienzos en el desarrollo web tienen su origen en la procastinación. Mientras estudiaba la carrera de ingeniería industrial descubrió que los libros de informática de su hermano le apasionaban más que la termodinámica y la mecánica cuántica.
Montó su primera empresa allá por el año 2001 y desde entonces ha intentado hacer siempre lo que más le apetecía en el momento (desde el desarrollo web hasta montar una tienda de comics).
Ha llegado a odiar PHP… hasta que descubrió que otra forma de programar era posible. Tanto le volvió a enamorar el desarrollo que incluso escribió un libro de POO en PHP.
El año pasado entró como socio en Solvent, probablemente, una de las mejores empresas de desarrollo del mundo (o eso dicen nuestras madres). Ahora está como pez en el agua, gestionando y desarrollando en proyectos en PHP.